Besando caracolas
Para Alfonso Calderón
Hoy no vamos a discutir
Hoy vamos a recordar la rebeldía de este espejo A besar a las caracolas que se alejan del jardín
Hoy, pretendo buscar el primer libro
Que ha girado pegado e inquieto
como estos tacones
Hoy voy a dejar volar mis oraciones
Por que estás aquí, fotográfico, bello
Leyendo a cada uno de estos niños
Que se corrigen y se atesoran
Como el mejor regalo
Hoy sé que he aprendido a respetar el tiempo
A entender que somos un poema
Cubierto de ángeles y símbolos
Y que en cada imagen hay una similitud
Una palabra tuya Padre
Bastará para sentir que este cuerpo
Se eleva al universo
y que en esta espera
hay una condena breve a la esperanza.
Para Francisca
He aquí imaginando
La travesía de Francisca
En el mar de las flores
En la música de la piel
Que no descubrió el baile en primavera
Y en esa mirada salvaje
Que volteo bruscamente la historia
La ley del hombre es y será
Siempre una mano torcida
Hasta que la infancia deje de llorar
Miedo, sangre
La palabra es una inflexión
Un aliento indigente
Una traducción inútil
Heme aquí agónica, afásica, sin suspiro
Penando los recuerdos
Viviendo el duelo.
Me muevo afónica
Después de cerrar los párpados
Visualizo un sendero
Extenso
Sin ruinas
Una silueta sacude las hojas
Que se elevaban al cielo
Y se dejan caer
Como este instante
Reapareces espontáneo
Las vigilias son intensas
Y el tiempo es un nudo
Que no desata
Esta furia de tenerte
En la difusión de las nubes
Me muevo afónica
Antes que las estrellas
Giren su rostro
Y me nieguen
El reflejo de tu nombre
Y yo solo puedo repetirte
Hoy mientras escribía este poema
Pensaba
Y si te veo en este sueño
Y si te veo y me quedo a tu lado
Y solo ahí pueda visitar la infancia
Que en esta fase no logramos descubrir
Tú podrías jugar con mis cabellos
Y yo dialogar intensamente con tus manos Ayudarnos a restaurar la fotografía
De una abuela inválida
Y de un abuelo que se resistió al llanto
Tal ves sacar del fuego a aquellos poemas dulzones
Que no afinamos, que no ocultamos
Ahora me miras triste y me dices
¿Por qué Laura por qué?
Y yo solo puede repetirte
“Porque siempre hemos estado aquí
Y quizás al abandonar este mundo
Limitado o no
Acá amor somos dos”
Ana Montrosis (Chile, 1969) Poeta y directora de la revista Pluma Negra. Gestora cultural de Otro Sur. Ha publicado algunos textos en revistas nacionales y extranjeras y el libro de poesía Tacones bajo la luna, 2007. Actualmente dirige el taller “Boris Calderón” y es columnista del diario Datos Sur. Su poemario más reciente es Mi último cuerpo (2009).
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